sábado, 15 de enero de 2011
Dejando ir...
"El tiempo pasa volando"... que frase más cliché, que frase más cierta. Los años, los meses, las semanas, los días, las horas, los minutos y los segundos; todos conspiran secretamente para hacernos presa de su caprichoso paso por esta tierra. A veces van, a veces vienen, siempre yendo en contra. Sin embargo, lo que es innegable es todo lo que guardan y recelan. Baúles antiquísimos que esconden secretos, sonrisas, lágrimas, bromas, penas, decepciones... tantas cosas que la existencia acumula a veces; demasiado peso para cargar a cuestas, demasiada pena para soportar en una sola vida. Y también caídas se dejan entrever en los recuerdos que a veces nadie recuerda o que nadie conoce. Y todo queda, pero a veces es por mera terquedad de nuestra parte... siempre reteniendo lo que hace mal, lo que duele. El pensamiento se retuerce, se hace ermitaño dentro de tanta confusión enmarañada... es imposible ver el Sol saliendo por el este, sólo vemos la Luna asomarse tan bella y tan fría por una ventana apenas abierta. El ser humano es de tierra, es de aire, es de fuego, es de agua... y así debemos fluir por las curvas del universo en que vivimos inmersos... fluir naturales, fluir eternos.
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