domingo, 8 de mayo de 2011

The Martian Chronicles ~ The Martian

"...but how are we to give up the very thing we've wanted, no matter if it stays only a day and is gone, making the emptiness emptier, the dark nights darker, the rainy nights wetter?"

martes, 3 de mayo de 2011

Brett Anderson

Un beso infinito que selló aquel pacto hace ya tantos años, cuando la inocencia rebozaba y la ternura era sincera. La amargura me toma de las caderas y me subyuga al dolor profundo de la peligrosidad de mi mente enferma... ¿fue alguna vez el cielo tan obsceno? La gravedad me pega al piso como animal encadenado sin espacio para moverse. Y un grito infantil me punza la poca sanidad que me queda, es como un patio de juegos oxidados y ya olvidados, por pura vanidad y exceso. El deseo de escapar un día perfecto de junio es inmenso, pero sólo puedo susurrar dolor y las hojas muertas del otoño vuelan con una gracia infinita. Pensamientos débiles que me llevan lejos, a un lugar diferente; palabras que me llevan a una lugar distinto. Los pétalos de aquella flor que nunca me diste, se desprenden y se enredan en mi cabello color miel... todo tan lejos de aquí. Y la esencia no se puede negar... ¿cuántos no me han querido cuidar? ¿cuántos no me han querido amar? ¿cuántos no han sangrado en el intento? Soy de labios como el cerezo en flor, dejando que sólo los admiren pero que no se les acerquen. Y me han sonreído; pero soy extraña, soy silenciosa... soy como la emperatriz. Y míranos ahora, aquí había amor ¿qué queda ahora? Sólo un sonido solitario de una boca que debe sonreír, no por burla sino por sobrevivencia. Las palabras duelen, pero somos payasos con caras pintadas y el resto sólo ve una sonrisa, cuando detrás sólo hay llanto y un sonido solitario, sólo un sonido solitario. No toques a mi ventana ni me preguntes el por qué, sólo obtendrás como respuesta un no... ¿cómo entendernos si hablamos en susurros chinos? Y detesto admitir lo que mi corazón siente: porque no te necesito, pero te quiero, y no te quiero pero te necesito... y no sabes cuánto, pues a pesar de todo hay brotes de romero en el jardín que me rodea. Y jugueteo con mi pelo como hago cada vez que pronuncio tu nombre. Cuando el día sea claro te olvidaré, pero basta con que me mires con esos ojos innegables y tu mano se pierda en mi muslo para que yo vuelva a tí, porque cuando el mundo se derrumbe sé que volveré a tí; las estrellas se caerán y el sol se enfriará y siempre, siempre volveré a tí. A veces pienso en llamarte, aunque sea una vez, sólo para ver si llamas de vuelta, pero ya no importa, de todas maneras no te enterarás. Ya somos dos extraños el uno para el otro y sólo un delgado hilo nos mantiene en equilibrio al borde de la navaja, porque eres un extraño para mí pero no porque no te quiera ni te haya olvidado, sino porque... te extraño. Y hay una sombra de gracia que queda de esos veranos bajo los árboles en ese campo tan mío, y que tanto anhelo; si pudiera retenerte en mis brazos lo haría, porque eres la razón por la cual el viento sopla, aunque la ciudad se desvanezca. Pero sigue presente esa sombra, y te transformaste en la razón por la cual flota la lluvia. Sólo me quedan las ramas de algunos árboles en aquel lugar en el que te veía una vez más. Imagino que mis ganas de llamarte dejan de serlo y que lo hago, y que te dejo un mensaje en la contestadora... ¿qué pensarás cuando escuches mi voz? Pero no, no responde nadie porque nunca te llamo a pesar que eres el hombre con el que necesito hablar. Imagino que nos reunimos junto a esos dinosaurios en Crystal Palace, en una tarde lluviosa tan londinense. Pero, cuando camino y el frío me golpea en la cara me doy cuenta que mis pasos avanzan solos. ¿Por qué no puedes ver el monstruo que hay en mí? A veces creo que sólo tomar ese cuchillo y tallar tu nombre en mi fealdad me salvaría... o tal vez entregarle mi corazón al invierno.