sábado, 26 de mayo de 2012

Inconclusa

Quizás puede ser un cliché de parte de muchos expresar cierta melancolía cuando llueve, pero la verdad creo que es algo casi inevitable, trillado o no, es inevitable para muchos. Ciertamente yo no escapo a eso. Alguna tarotista por allí diría que es algo normal en una mujer como yo; regida por Saturno, nacida bajo el signo de la cabra de monte. Para quienes creemos en eso, es algo lógico. Razón quizás, por la cual a veces me resigno a la vida y a la manera de funcionar que tiene mi mente. Sin embargo, a pesar de todo ello no puedo quitarle el crédito a la lluvia por traerme honestidad, esa dura y cruda, esa que es con uno mismo. Por eso no puedo evitar un mea culpa por arrojarme tan libremente a la pena y vorágine que me consume meramente por mi culpa. El que no me conoce puede pensar que es una manera de llamar la atención, que quizás me gusta ser la Reina del Drama, pero no es así. Es sólo que a pesar de mis años, aún no aprendo a mirar adelante y no atrás; aún me aferro al pasado, ese que no volverá por errores, por ausencias, por silencios, por frialdad... por la vida. En ocasiones creo que vivo en una constante reminiscencia, pero no se puede culpar al destino por la falta de acción propia. Después de todo es mi vida, y debo ser yo quien tome las riendas de ella, pues nadie más puede ni debe hacerlo por mí. En ocasiones me cuesta dejar de lado una cierta sensación de ridiculez, y recuerdo una canción que dice "and my friends are past this game of breakdowns". Veo que mucha de mi gente tiene su vida resuelta, manejando sus días y lo que ellos contienen. Y es ahí cuando inunda esa cosa infantil que uno a los 24 años no quisiera sentir, porque eso de "estoy bien, estoy mal" parece ser tan adolescente, cuando uno realmente adolesce cosas que dan para esos juegos. Y con juegos no quiero decir que las desventuras personales sean tonteras, sino que son cosas en las que se apuestan cosas quiérase o no, y se puede ganar, pero peor aún, se puede perder. Siento que algo me hace sentir inconclusa. Quizás soy yo misma, que por no cerrar las viejas heridas temiendo el tamaño de las cicatrices, no me atrevo a arriesgarme con todo por lo que quiero. Ya sé que es, ahora sólo debo ir tras ello sin importarme lo que pasó. Todo eso ya es polvo, todo eso ya es tierra, que con esta lluvia sólo pasa a ser barro.