jueves, 10 de noviembre de 2011

De la boca para afuera



Las palabras dicen tanto, pero a veces tan poco. Pueden significar una vida entera, así como pueden ser el vacío que a veces la llena. Quizás siendo yo escritora, puede resultar una crítica un tanto ácida a las palabras, pero mi crítica no es hacia ellas (si se puede llamar a esto una crítica). Es decir, cómo podría atacarlas si son mi razón de ser. Consonantes y vocales que se unen para expresar la idea de algun interlocutor; todo definido por quien finalmente las pronuncia. ¿Y todo para transmitir qué? Un mensaje, una idea, un sentimiento; una identidad. Al fin y al cabo, una imagen que nos lleva de la mano día a día, diciendo "sí, esta soy yo". Pero... ¿¡quién diablos soy!?. Podría introducirme a quienes no me conocen diciendo tantas cosas, como por ejemplo que  soy rara, que estoy medio loca, que tengo un carácter como el carajo. Sin embargo ¿lo soy?. La verdad, creo que no tiene relevancia alguna si encajo o no dentro de lo que la sociedad dicta como normal o extraño. No necesito llevar un cartel en mi pecho para decirle al mundo que soy diferente, que tengo convicciones y me esfuerzo a cada minuto por no pasarlas a llevar, pues eso sería un daño permanente a mi esencia. Simplemente me levanto cada día tratando de ser leal  a mí misma, y no perdiendo el tiempo con esfuerzos vanos por ser una sensación alternativa, una rareza inalcanzable. No necesito hacer públicas mis rarezas o normalidades, ni mucho menos mis fortalezas o debilidades. Con los años, he aprendido que lo que realmente vale la pena, es lo que mi gente cree, piensa o sabe de mí. El resto, sinceramente me dejó de importar hace mucho tiempo. Y no es una actitud de rebelde al  margen de la mayoría, mis palabras sólo son un acto de sensatez para con mi sanidad mental. Muchos aman juzgar al resto, pero nunca a sí mismos. No pretendo sentirme superior a quienes desean aparentar algo que dista de la realidad, ni mucho menos adjudicarme una madurez frente a la vida, que creo me faltan años luz para alcanzar. No me interesa negar  que el sarcasmo se pasea por mis palabras, y a veces con franco descaro, pero no estoy juzgando, no estoy lanzando las piedras que me han lanzado a mí. Por el contrario, sólo estoy haciendo uso de mi libertad de expresión, nada más que un momento de catarsis, a veces reprimido y desgraciado. Si alguien se siente aludido, de verdad lo siento mucho, pero en pedir no hay engaño... y en decir no hay un "me retracto".

Y por último (siempre hay que finalizar un discurso), creo no equivocarme al afirmar que no dejaré de encontrarme con gente que vive pregonando lo que se quiere ser, pero lo que en el fondo no se es. Una sonrisa siempre acude a mi boca en aquellos momentos.

2 comentarios:

  1. Me parece muy bien que te desahogues, a veces extraño esas conversaciones que no tenían un final ni feliz ni tampoco infeliz, sino que eran solo para desahogarse y sentirse mejor. La verdad cuando empecé a leer, me acordé de una película de Jackie Chan... jajaja ¿Who am I? o algo así, la cosa es que a veces, y hablando personalmente, perdemos el rumbo y nos preguntamos ¿quién soy? o más bien ¿qué soy? ¿seré tan extraño? Y la verdad a veces esas preguntas no son las correctas, es mejor saber qué se siente, a categorizarse. En lo personal, no creo que seas extraña, porque sino el 90% de la población actual lo sería, lo que quiero decir, ¿quién encaja en esta sociedad como un ente normal? ...¿yo?. Jamás, desde mi infancia siempre fuí extraña, un poco feliz, un poco infeliz, un poco soñadora y un poco realista, un poco sufrida un poco no... nunca definida, y eso, mi querida amiga, es lo que define quienes somos... por ende, no hay que cuestionarse ni nada, hay que aceptarse, quererse y sentirse. No es que tu no lo hagas, sino que para el que pase por acá, lea mi humilde opinión, porque como tu has dicho anteriormente, me importa un rábano lo que el resto de la gente piense de mí, e incluso mis seres queridos a veces, porque al menos para mí, lo más importante es lo que creo yo de mí, y pienso que soy una buena persona, que se esfuerza a diario por ser "feliz" y dejar mi propia miseria. Aunque venga de cerca la recomendación, eso creo yo, y como se dice, hay que empezar por casa. ¿tu que opinas de tí?

    Te quiero, y disculpa si me excedí, la mañana me tiene como lechuga!

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  2. "No necesito hacer públicas mis rarezas o normalidades, ni mucho menos mis fortalezas o debilidades. Con los años, he aprendido que lo que realmente vale la pena, es lo que mi gente cree, piensa o sabe de mí. El resto, sinceramente me dejó de importar hace mucho tiempo. Y no es una actitud de rebelde al margen de la mayoría, mis palabras sólo son un acto de sensatez para con mi sanidad mental. Muchos aman juzgar al resto, pero nunca a sí mismos."

    Esta frase querida amiga mía: lo dice todo... y me quedo con la tranquilidad de que creo comprender todo lo que dices. No a sido tiempo en vano el que he estado a tu lado. Me gusta mucho como eres, me identifico quizás un poquito contigo... Te quiero.

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